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Oct, 28, 2021 | Publicado a las 21:07 | Artículo
Autor: Mujer Artemisa
En las últimas décadas la ciencia ha proporcionado diversas opciones para el cuidado y salud a la hora de mantener relaciones sexuales y es que hoy se dispone de variados métodos anticonceptivos con diferentes beneficios, ya sean enfocados en la anticoncepción o la protección contra infecciones de transmisión sexual. Estos métodos pueden ser hormonales o no hormonales, combinados o solos, variando en su modo de uso, efectividad y tipos de beneficios.
Los métodos hormonales están enfocados principalmente en mujeres que deciden cuidar su salud sexual y reproductiva. Se encuentran disponibles en forma de pastillas anticonceptivas, inyecciones, anillo vaginal y parche transdérmico, que contienen hormonas combinadas, las cuales logran inhibir el proceso de ovulación y espesando el moco cervical dificultando la movilidad de los espermatozoides hacia el óvulo. También existen métodos de una sola hormona, la cual tiene la misma función que las píldoras combinadas, que es evitar la ovulación. En cuanto a su administración, se deben consumir periódicamente para su efectividad. Junto a lo anterior, existen otros métodos, como implantes y dispositivos intrauterinos, además de la píldora anticonceptiva de emergencia.
La píldora anticonceptiva: es un fármaco de tipo pastillas que cuenta con hasta un 99% de efectividad cuando se utiliza de forma correcta [1], se administra vía oral y de forma diaria, idealmente en un horario establecido. Esta puede ser combinada de estrógeno y progestina, o una pastilla de progestina sola (PPS), también llamada “minipíldora”. En ambos casos, su función es evitar el embarazo de forma preventiva. Por otra parte, la anticoncepción de emergencia libera dosis especiales de hormonas para impedir la ovulación después de haber tenido relaciones sexuales, por lo que no es un método regular de anticoncepción, pero su efectividad aumenta entre más pronto se administre.
Anticoncepción inyectable: corresponden a hormonas en un vehículo líquido, que se aplican vía intramuscular. En caso de ser combinada, su primera dosis debe efectuarse durante la primera semana del ciclo menstrual, repitiendo su administración cada 30 días y posee una eficacia del 97% [2]. En caso de los inyectables que sólo contienen progestágeno, se aplican cada 3 meses, con su primera dosis al inicio de la menstruación.
Anillo vaginal: es un círculo hecho de un material flexible que libera hormonas de forma diaria, estas hormonas combinadas realizan una función muy similar a los anticonceptivos orales y tiene una eficacia de 98 a 99% según el cuidado que le otorguen [3]. El anillo se inserta en la vagina entre el primer y quinto día del ciclo menstrual y se retira el día 22, dejando una semana de descanso antes de insertar uno nuevo.
También existe el anillo de progesterona, destinado a mujeres que se encuentren en periodo de lactancia exclusiva a partir de la cuarta semana después de dar a luz, reemplazando el anillo cada 3 o 4 meses, hasta cumplir un año.
Parche transdérmico: este anticonceptivo combinado, libera diariamente hormonas. El primer parche se coloca el día 1 del ciclo menstrual y se retira el día 8 para poner el segundo parche, que durará hasta el día 15 siendo reemplazado por el tercero hasta el día 22, finalmente mantendrá 7 días sin uso del parche para iniciar un nuevo ciclo. Este método tiene una eficacia de hasta un 99% si se usa de la forma correcta, es decir, efectividad en 99 de 100 mujeres [4].
Implantes: son cápsulas que se implantan bajo la piel del brazo y libera de forma constante bajas dosis de progestágeno. El método puede durar 3 o 5 años, pudiendo ser retirados antes de cumplir la fecha.
Dispositivos intrauterino (DIU): es un aparato en forma de “T” que libera la hormona de levonorgestrel provocando espesamiento de la mucosa cervical. Tiene una duración de 5 años y una efectividad de más del 99% [5].
Si algo tienen en común todos los métodos hormonales mencionados con anterioridad, es que su función se enfoca solo en la anticoncepción, no así los métodos no hormonales pero reversibles, como son los preservativos que también protegen de las infecciones de transmisión sexual (ITS). Por ejemplo, el condón masculino, que puede ser de látex o poliuretano. Actualmente, el único método que evidencia su protección contra el contagio de todas las infecciones de transmisión sexual, incluyendo el VIH, que habita en más de 71.000 personas en Chile, cifra que lidera el ranking anual en toda la región latinoamericana [6]. Y pese a ser de los métodos más seguros, su fallo llega hasta un 15% si no se usa de manera correcta [7].
Condón femenino: contiene dos anillos flexibles en sus extremos, actúa como receptor de los espermatozoides, impidiendo su ingreso a la vagina. A diferencia del masculino, el preservativo femenino se puede colocar incluso horas antes de iniciar una relación sexual. Dependiendo del buen uso, su efectividad puede variar desde el 79% hasta un 95% y no hay estudios humanos que verifiquen que proteja contra el VIH u otras enfermedades de transmisión sexual[8].
Volviendo a métodos enfocados en la anticoncepción pero en la misma línea reversible, el dispositivo intrauterino con cobre; más conocido como T de cobre, se coloca dentro del útero en los primeros 7 días del ciclo menstrual y el cobre mata a los espermatozoides disminuyendo su movilidad, alterando la mucosidad cervical y la motilidad de las trompas uterinas. Su efectividad supera el 99% [9] con una duración de entre 5 y 10 años.
Espermicidas: por lo general, vienen en formato de cápsula gelatinosa, cremosa o en forma de óvulo. Se colocan dentro de la vagina, en caso de óvulos, al menos unos 10 minutos antes de cada relación sexual y en caso de los gelatinosos y cremosos, al momento de iniciar la relación sexual, con una duración máxima de una hora. Es el método menos efectivo de todas las opciones de anticoncepción en su uso común. [10].
Método de la Amenorrea de la Lactancia (MELA): considerado como anticoncepción natural durante los primeros seis meses después de dar a luz, en el que la mujer se encuentra en un estado de infertilidad durante la lactancia exclusiva. Su eficacia puede variar entre 3% a 20% [11]
Método de abstinencia periódica: mediante el calendario menstrual, la mujer sabe durante qué días será su periodo fértil, por lo que aplica abstinencia sexual durante ese tiempo y retoma la actividad sexual en sus días menos fértiles. Si bien es un acuerdo al que llega la pareja, el fracaso a su eficacia aborda entre las 3 y 20 mujeres de cada 100. Así como la abstinencia periódica, existen métodos similares de poca eficacia como son el coito interrumpido, el ritmo de calendario, collar de ciclo, temperatura basal, “billings” y método sintotérmico, entre otros.
Finalmente, y luego de conocer todo lo que conlleva el constante cuidado de nuestro cuerpo, hay personas que deciden tajantemente no correr el riesgo y acuden a métodos no hormonales permanentes como la esterilización quirúrgica para no concebir hijos.
Esterilización quirúrgica femenina: consta de ligar o amarrar -y a veces también cortar- las trompas uterinas, a lo que se conoce comúnmente como ligadura de trompas. Dependiendo de la técnica empleada por el médico su eficacia puede superar el 99%.
Esterilización quirúrgica masculina: en el caso de los hombres, podrá eyacular pero sin concentración de espermatozoides. Este proceso ambulatorio se llama vasectomía, en el que realizan un pequeño corte en el escroto con anestesia local, la operación dura aproximadamente 20 minutos y no requiere hospitalización.
Ahora que ya conoces diversas alternativas, debes elegir un método anticonceptivo que mejor se adapte a tus necesidades, y recuerda, la recomendación es siempre solicitar atención médica ante cualquier duda o si presentas efectos secundarios adversos. Si además de prevenir el embarazo, deseas cuidarte de las ITS utiliza en conjunto un método de barrera.
Referencias:
La pastilla anticonceptiva es uno de los métodos más seguros para impedir el embarazo no deseado
La búsqueda de nutricionista online en Chile van en aumento debido a la pandemia por Covid-19
En las últimas décadas la ciencia ha proporcionado diversas opciones para el cuidado y salud